Ser fieles a la Santísima Trinidad siguiendo el ejemplo del amor perfecto de la
Virgen María.
Fortalecer el crecimiento del amor a Jesucristo para encontrarlo y recibirlo cada día en la santa Eucaristía.
Robustecer el amor a la Virgen María y expresarlo en el rezo del Santo Rosario en familia.
Mantenerse firmes y obedientes a la doctrina de nuestra Santa Madre Iglesia católica, apostólica y romana y a nuestros obispos, en unión con el Santo Padre.
Hallar en la oración vocal la adoración permanente a Dios en la Santísima Trinidad.
Encontrar en el Oficio Divino, en las Sagradas Escrituras, en la Lectio Divina y en la tradición de la iglesia católica la meditación, la formación permanente y la sabiduría.
Ser contemplativos en la acción uniendo la adoración eucarística, con el servicio al hermano.